Una biblioteca de verano

Corre el año 1946. La guerra ha terminado y la joven norteamericana narradora de esta novela ha perdido en ella a sus padres. También, de muerte natural, ha perdido a su tío Marcel, un extraordinario personaje que la educó en el amor a los libros.

En el pequeño pueblo francés donde pasó los veranos de su infancia, la protagonista deberá ocuparse de poner en marcha una nueva biblioteca tras salir del hospital, ya que las tropas alemanas han destruido la anterior. Tendrá así oportunidad de pensar en el valor de la lectura y en la compañía que le han proporcionado los libros en los peores momentos, e incluso a la hora de tomar una u otra decisión… Sus recomendaciones a los vecinos del pueblo la harán formar parte fundamental de esa comunidad. Entretanto, el esplendor del verano invade la naturaleza de los alrededores y el jardín de la vieja casona que ha heredado de su tío.

Los escritores Marcel Proust, Daniel Defoe, Paul Valéry… y sus obras son tan importantes en esta novela como los personajes de carne y hueso con los que se relaciona cada día la joven protagonista, muchos de ellos convocados bajo la sombra protectora del tío Marcel.

Pero no es ésta sólo una estampa más o menos evocadora y llena de encanto de una época y de unos autores atemporales: la verdadera vida se cuela en cada página y asistimos así a una hermosísima y cruda búsqueda de la felicidad, del amor y de, por qué no decirlo, la supervivencia. A una historia en primera persona que es también la historia de una época: de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana de Francia al conflictivo nacimiento del estado de Israel.

Leído en la prensa

«Un texto bello, de una hondura transparente y enigmática como la vida de su autora. Un libro en el que late una cierta épica de lo cotidiano, de la supervivencia, que permite leernos a nosotros mismos en medio del bullicio de nuestras vidas.» Antonio Bordón, La Provincia

«Estamos ante una de esas deliciosas joyas que en apenas noventa páginas (dos horas de avión) reúnen todo lo que debe tener un buen libro: sabiduría, ternura, amor y muerte, enlazados con una prosa clara, sencilla, cristalina, pero repleta de poesía.» Manuel de la Fuente, El Mundo

«(…) Tiene todos los ingredientes que me gusta encontrar en un libro: amor por la literatura, una pizca de intriga, unas gotas de romance, cierta complacencia en la lasitud del verano, una mirada en la que se adivina la nostalgia y, además, es breve. Pocas veces nos han dado tanto con tan poco.» Alfonso López Alfonso, Levante

«Un librito que muchos buenos lectores disfrutarán porque en él convergen vida y literatura.» Lluís Vergés, Diario de Menorca

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