La desaparición del paisaje

Esta novela forma parte de cierta épica del regreso, y como toda narrativa del regreso, no cuenta la historia de una reconciliación, sino la de un extrañamiento. Siempre se vuelve a la tierra de los afectos como un extraño.

Vitor Flanagan escapó de Santa Cruz, de Bolivia, porque su madre había muerto cuando él era niño, y porque mientras se hacía adulto comprendió que irse era la única vía de no convertirse en su padre, un violento alcohólico que trataba de sobrevivir a la muerte de su esposa. Doce años después de haber llevado una vida errática en Estados Unidos, Vitor vuelve a su ciudad tras haber perdido todo contacto con la gente que lo quiso. Tres mujeres suponen en el presente todo lo que fue su vida en el pasado: María, viuda de su padre, una especie de madre sustituta y un silencioso testigo de la disolución de la familia; Fabia, la hermana de Vitor, que alberga hacia él un resentimiento profundo por haber desaparecido de su vida, por haberse olvidado de ellos. Y Laura, su antigua novia, ahora casada con otro.

La desaparición del paisaje es una novela sobre la culpa, sobre la clase media cruceña (esa cosa difícil de precisar en tiempos de cambios sociales tan contundentes en Bolivia), sobre cómo los hijos que nunca tendrán hijos sobrellevan el luto por la muerte del padre, sobre el alcoholismo (que en más de un sentido se convierte en la verdadera patria de los personajes). Es una novela sobre la responsabilidad que implica sobrevivir a las personas que se aman y sobre cómo asumir ese tipo de soledad: la soledad de ser un superviviente.

Leído en la prensa

«Barrientos forma parte de esa nueva hornada de escritores que andan explorando ese particular extravío en el que anda metida su generación. Tienen algo de nómadas que buscan un asidero: se fueron un buen día y han perdido los lazos con lo que fueron y, al mismo tiempo, no los han perdido: están como amarrados, sin terminar nunca de arrancar, enredados en el laberinto familiar (o en el que sea), abocados a no terminar de entenderse del todo con un presente que se les rebela.» José Andrés Rojo, El País

«Con un lenguaje directo y concreto, exento de sentimentalismos, el escritor boliviano narra una historia (...) donde la violencia, el alcohol y las venganzas se erigen en los verdaderos actores de esta novela.» Ángela Belmar Talón, La Opinión

«Maximiliano Barrientos ha escrito una novela, poderosa por contenida, sobre el regreso de un hombre a Bolivia tras más de una década de dar tumbos por EE. UU. Su ciudad le acoge en forma de mujer, de tres mujeres (madrastra, hermana, exnovia) con las que Barrientos lleva al lector al mundo cruceño, a la culpa, al alcoholismo y, al fin, a la soledad, condena del superviviente.» Eugenio Fuentes, La Nueva España

«Lo más interesante de La desaparición del paisaje es el clima opresivo que Maximiliano Barrientos logra recreando de modo crítico un universo masculino que atenta sobre ese concepto del macho que se impone siempre con violencia incluso para ser autodestructivo. El regreso de Vitor podría condenarlo a decir lo que Pavese dijera alguna vez: “actualmente vivo como los seres que más desprecié en mi juventud”.» Sebastián Basualdo, Página12

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