La alta ruta

La alta ruta conecta Chamonix con Zermatt a través del solemne y bellísimo vacío de los glaciares, un universo lunar nevado, atravesado por la soledad del esquiador de fondo o el alpinista, que tan bien conoce el vértigo y la embriaguez del esfuerzo. El olvido del punto de partida y la obsesión con el punto de llegada, la respiración interior de quien camina siempre hacia arriba, dejando atrás imprevistos geranios en cabañas de madera y mariposas blancas... Maurice Chappaz habla de todo ello con las palabras de una verdadera liturgia (en la que la belleza, en todas sus formas, es más importante que el frío).

El principal propósito de este libro no es tanto hacer un listado de cumbres nevadas y  ascensiones como recrear «lo absoluto del desierto nevado», en un recorrido donde hay tanta ansiedad como calma, tanta excitación como ataraxia. Desde el Mont Blanc hasta el Mont Rose, esta famosa travesía por los glaciares suizos tiene mucho de ruta iniciática. Llevado por la embriaguez de la altitud, Chappaz capta lo esquivo, dando fe de la avalancha de sensaciones que invaden al montañero (para él, la literatura alpina incluso puede compararse con la literatura erótica). En la vida en las montañas, aunque sea sólo por una temporada, hay un ascetismo y un esfuerzo, que, agotándolos y a la vez colmándolos, llenan tanto el cuerpo como el alma.

En la memoria de los montañeros, estas páginas revivirán lo que han experimentado alguna vez de manera muy intensa; el resto de lectores asistirá a una verdadera «revelación de la altitud», con todo lo que de sorprendente y seductor tiene ésta.

Chappaz traduce lo indescriptible manejando imágenes de una rara belleza… Si habla de un guía de montaña, es para transfigurarlo, hasta el punto de que uno tiene la impresión de estar en presencia de un sacerdote o un chamán. Sólo el narrador parece capaz de ayudarnos a olfatear una grieta y, en un universo donde triunfa el blanco, descubrir azules, verdes, marrones. A veces, a través de sus imágenes, nos hace pensar en el Giono de los grandes momentos.

«La alta ruta es en un libro de extrema sensualidad, donde el cuerpo se convierte en el actor principal, un cuerpo que, según el momento, oscila entre el deseo impaciente de conquistar y el abandono a una fatiga reconfortante.» Jean-Paul Paccolat

 

Leído en la prensa

«En La alta ruta, narrada por Chappaz, no se alumbra un libro de alpinismo al uso, sino una peculiar composición literaria en la que se funden hombre y paisaje en una aventura que el propio autor no duda en calificar de erótica.» Eugenio Fuentes, La Nueva España

«Los excesos de Chappaz terminan siendo parte de su encanto, que es al tiempo original y salvaje. La escritura del autor suizo tiene además una de esas facilidades innegables, irrebatibles, casi insultantes, para brillar.» Pablo Martínez Zarracina, Sur

«Chappaz traduce lo indescriptible empleando imágenes de una rara belleza, (…) y ese tipo de belleza narrativa se nos hace accesible incluso a aquellos que nunca vimos nada que admirar en las montañas.» Santiago Aizarna, Diario Vasco

«¿Se puede narrar una ascensión alpina que pueda resultarnos interesante? La respuesta, tras haber leído La alta ruta, de Maurice Chappaz, es sí, rotundamente sí.» Eric Gras, El Periódico Mediterraneo

«La alta ruta es una mezcla de seducción amorosa y de combate a vida o muerte por la montaña, que da pie a consideraciones antropológicas, religiosas, ascéticas o rituales.» Luis Ramoneda, Aceprensa

«Lo que hace único al libro -se trata efectivamente de un libro único, una joya- es que Chappaz, que tenía vocación y dotes de narrador escribe no sobre lo que sus ojos ven mientras atraviesa los glaciares suizos, sino cómo lo ve la mirada poética de su espíritu […] Cuarenta años después de su aparición sigue siendo una obra irrepetible, ejemplo de literatura de las cimas con estilo propio que está inserta con todo merecimiento en la actual historia general de la narrativa europea.» Robert Saladrigas, La Vanguardia

«Chappaz entra con sus esquíes y su pensamiento en el gran blanco inefable de la nada, del vacío uniforme, virgen, sobre el que parece flotar, para que la montaña hable y exprese su secreto.» Fermín Herrero, El Norte de Castilla

«Una literatura de las alturas, una literatura, si me permiten el vocablo, que transmite una sensación de euforia, al alcance de cualquiera que, sin necesidad de ir al Montblanc.» Mario Martín Gijón, Periódico de Extremadura

«La alta ruta es una mezcla de seducción amorosa y de combate a vida o muerte al que el hombre se enfrenta en inferioridad de condiciones pero que, no obstante, supone una atracción difícil de resistir.» Luis Ángel Adán León, La Rioja

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