Giovanni Verga

Giovanni Verga nació en 1840 (el mismo año que Émile Zola, a quien trataría más tarde) en Catania, Italia, en el seno de una familia de nobles terratenientes sicilianos originarios de Vizzini. A los diecisiete años escribe su primera novela, Amore e patria, a la que pronto seguirían otras dos más de tema patriótico y a favor de las tesis de Garibaldi: I carbonari della montagna y Sulle lagune. En 1858 comienza a estudiar Derecho, pero pronto se dedicará al periodismo, y en 1861 funda con Abate y Niceforo el semanario político a favor de la unidad de Italia Roma degl’Italiani.
En 1865 se establece en Florencia, donde conoce al escritor, siciliano también, Luigi Capuana, quien sería uno de sus mejores amigos e interlocutores. Por esas fechas abandona la novela de tintes patrióticos para narrar temas más mundanos, como los de Una peccatrice y la exitosa Storia di una capinera. En 1872, mientras comienza a hablarse del naturalismo se instala en Milán, donde conoce al tercer autor clave del verismo (junto al propio Verga y Capuana): Federico de Roberto, y viaja a París, Londres y Alemania. Su primer texto plenamente realista, o mejor, verista, Nedda, publicado en 1874, sirve de preámbulo a la etapa más importante en la obra de Verga, que comenzaría realmente con el libro de cuentos La vida en el campo (1880), que muy pronto traducirá al inglés uno de sus mayores admiradores, D.H. Lawrence. En esta etapa la mirada del escritor regresa de nuevo a Sicilia, al lado de los campesinos y pescadores, para narrar, como Sciascia dijera, «la historia pequeña de Sicilia y de los sicilianos, la historia de sus pasiones y de sus muertes a causa de la pasión».
En 1893 Verga vuelve, precisamente, a Sicilia, a Catania, donde residirá hasta su muerte, en 1922. Tras La vida en el campo, y durante su década fructífera, publicará algunos de sus mejores libros, como los cuentos de Novelle rusticane o un ciclo inacabado de novelas con piezas tan extraordinarias como Los Malavoglia o Maestro don Gesualdo. Si en la obra temprana de D’Annunzio, Pirandello o Grazia Deledda se aprecia la influencia de Verga, mayor es aún su presencia en la literatura y en el cine neorrealistas. Pavese o Pasolini, dos de sus seguidores, escribirán sobre esa presencia, y Luchino Visconti filmará en 1948 La tierra tiembla basándose en Los Malavoglia.

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