Salvador Seguí nació en Tornabous en 1886 (también se dan como fechas de su nacimiento 1887 y 1889). Conocido como El noi del sucre por su afición a los azucarillos, fue uno de los líderes del anarcosindicalismo catalán durante las primeras décadas del siglo xx y un personaje tan mítico para unos pocos como desconocido para la mayoría. Seguidor de la Escuela Moderna de Ferrer Guardia, convencido nietzscheano, defensor a ultranza de la formación intelectual de los obreros, crítico con toda forma de violencia… murió en Barcelona el 10 de marzo de 1923, asesinado en el barrio del Raval por pistoleros del Sindicato Libre, que financiaba la patronal catalana y protegía el gobernador civil de Barcelona, el tristemente famoso, por sanguinario, Martínez Anido.
A su muerte, Salvador Seguí dejó una novela póstuma, Escuela de rebeldía, cuya «trama» coincide, en buena medida, con su propia vida y su propia muerte. Antes, había sido elegido secretario general de la cnt, lo habían deportado (junto a Lluís Companys y Martí barrera, entre otros) al castillo de La Mola en Mahón y había pronunciado por toda España algunos de los mejores discursos de la época, que en la actualidad resultan más vigentes que nunca.
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